sábado, 4 de diciembre de 2010

Siglo XIX en Calle Granada, 33


Continuando con las pinturas de interior del siglo XIX, hoy hablaremos de las que se sitúan en las zonas comunes de la vivienda.

En las viviendas del siglo XIX se solían decorar las zonas comunes con columnas, verjas, escayola o pinturas murales entre otros elementos decorativos. En nuestro caso hablaremos de las pinturas murales, que tenían la función de imitar elementos decorativos o lujosos. La calidad era variable y solían realizarse al temple.

He podido acceder a otro edificio. Este se trata del situado en Calle Granada, 33, que está considerado como uno de los mejores ejemplos existentes en nuestra ciudad. Las paredes se encuentran pintadas imitando el mármol enmarcado por bandas amarillas. Las pinturas más importantes se encuentran en la bóveda de las escaleras, en las que se simulan nervios que parten de un plafón vegetal central, con elementos en sienas y sombras tostados en los que se dibujan follajes, todo esto enmarcado en cenefas grescas. También debemos de destacar las pinturas de las escaleras que imitan un zócalo de piedra con placas rehundidas de mármol además de otras grandes placas en la pared delimitadas por molduras. Estas pinturas, aunque algo deterioradas, serán restauradas dentro de poco, como así se ha hecho con la fachada.

En este edificio hemos podido observar de que se han realizado catas y que tras ellas se puede ver una decoración pictórica anterior a la actual.

Otras pinturas a destacar y recientemente desaparecidas son las de Calle Ollería 29 (que hoy comparte número con el edificio 27). Estas pinturas, al parecer, imitaban la decoración en relieve mediante un efecto ilusionista.

Y otro edificio a destacar y al cual no pude acceder fue en la de Calle San Juan, 42. Se trata de pinturas al temple a base de sienas y sobras tostadas. Se podría definir como neomudéjar renacentistas puesto que combina máscaras sacando la lengua (grutescos) y candelieri con elementos musulmanes.

Todas las fotos pertenecen al edificio de Calle Granada, 33, y la información procede del artículo: La decoración de los espacios comunes de las viviendas plurifamiliares burguesas, y de libro: La vivienda malagueña del siglo XIX. Arquitectura y sociedad, cuyo autor es Francisco García Gómez.